Podemos ver que en un mundo global como el de nuestros tiempos, el Internet ha tomado gran importancia en cuanto a su carácter de comunicador de información, siendo este un pilar del conocimiento y la cultura humana. Normalmente las personas no se detienen a pensar las diferentes implicaciones jurídicas que tiene realizar determinadas acciones en esa virtualidad. Libertad de expresión, derechos de autor e intelectuales, responsabilidades por delitos o daños causados mediante medios digitales y las mismas transacciones bancarias, son un ejemplo de situaciones fácticas que cada vez más se transforman en datos que viajan a través de la red constantemente.
La posible regulación de los temas expuestos en gran variedad de páginas, ha constituido todo un reto ya que el Internet como territorio libre, tiende al esparcimiento de temáticas que resultan dañinas socialmente de forma totalmente irresponsable especialmente si no conocemos en la mayoría de las oportunidades a los verdaderos autores de dichas paginas, haciendo aun mas imposible la posible imputación de responsabilidades.
La doctrina han intentado relacionan la regulación del estado y sus entes con el ciberespacio, ya que considera que este es el legitimado para promulgar las normas tendientes a la resolución de conflictos emanados de la Web. Una segunda vertiente habla de que el Internet debe regularse a sí mismo, considera esta vertiente que el Internet es un ente autónomo, de carácter social global y separado y que las normas nacionales no son aplicables a la red. El ala más radical de aporta que ninguna ley es capaz de regularlo, expresan que el internet ha de ser regulado por sus propios usuarios, quienes de primera mano son los interesados, titulares de derechos y deberes en sus respectivos casos.
Es así como redes sociales como Facebook, establecen una especie de contrato social virtual en el cual el usuario si lee atentamente se compromete a una serie de cuestiones como lo son la información contenida allí es de carácter público y transnacional ¿Esto no iría en contra sentido al derecho de la privacidad?, la realidad por más sorprendente y triste que parezca es que ya existen jurisprudencias internacionales sobre quejas realizadas contra estos grupos sociales, pero la mayor parte de los fallos apoya a las corporaciones que mantienen los servidores de estas páginas, ya que el citado contrato (extenso en la mayoría de los casos) establece como dije antes gran cantidad de pautas que el usuario final no conoce al comprometerse, perdiendo en algunos casos incluso su derecho sobre sus propias publicaciones.
Es así como en la actualidad las naciones se quedan cortas al momento de legislar sobre el tema, ya que aunque el derecho internacional es dinámico, el mundo virtual lo es aún más haciendo no imposible pero si muy difícil legalizar el Internet, siendo en la actualidad una de las mayores problemáticas que han de solucionar los estados en especial los temas de pornografía infantil y piratería. Para concluir el internet es una herramienta del mundo globalizado y ya no atañe a un solo estado, así que los entes internacionales han de comenzar a buscar una equidad, entre la realidad verdadera y la realidad virtual.
LEÓN DARIO CABRERA
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